martes, 1 de octubre de 2013

Cierre de la administración gubernamental en Estados Unidos

Según el Antideficiency Act de Estados Unidos, las agencias y programas que dependen de la administración federal deberán cerrar operaciones cuando carecen de financiamiento. La incapacidad de llegar a un acuerdo en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, con respecto al presupuesto del nuevo período fiscal, han obligado el cierre parcial y temporal de la administración del gobierno federal. El período del cierre es aún indefinido, puesto que las diferencias entre republicanos y demócratas con respecto al presupuesto, no auguran consenso.

La relevancia económica del cierre temporal mencionado se evidencia con el aporte del sector gubernamental (su gasto) a la economía estadounidense. En 2012, el gasto del gobierno federal estadounidense ascendió a casi una cuarta parte (22.9 %) del valor total de la economía de ese país. El Departamento de la Defensa es el que históricamente ha reportado mayor asignación en la composición del gasto del gobierno federal de Estados Unidos. En 2012, 18.4 % del gasto correspondió a la referida dependencia, mientras 24 % fue destinado al Departamento de Salud.

Dada la relevancia de la seguridad y salud nacionales, muchas de las actividades de los departamentos mencionados permanecerán sin cambio, incluyendo las que realizan las fuerzas armadas uniformadas, amparados en el Antideficiency Act y las excepciones que permite. Sin embargo, los empleados no recibirán pago alguno y no hay previsiones con respecto al pago de las personas que no están sujetas a excepciones, ya que el gobierno no está obligado a pagar por el tiempo que permanezcan sin laborar.

El dicho cierre implica, necesariamente y por el intercambio intertemporal del consumo y la inversión de los agentes económicos, que la situación económica mermará durante el tiempo que dure el cierre; tanto por la incertidumbre que genera en los mercados financiero y de capitales, como por la baja en la principal fuente de financiamiento del consumo de los hogares: el ingreso por trabajo. A partir de lo anterior y según lo demuestra la experiencia de 1995, año en que se registró una situación similar y que duró 21 días, cabe esperar un inmediato aumento de la actividad económica luego del cierre.

Durante el escenario de 1995, el consumo privado continuó creciendo durante el cuarto trimestre y lo hizo aún más durante el primer trimestre de 1996, según datos de la Reserva Federal de San Luis. El crédito de los hogares se redujo en 1996, luego de haber crecido en 14.4 % durante 1995, lo cual sugiere que la actividad económica de 1996 estuvo menos relacionada al crecimiento del crédito de los hogares.

Se observa que a pesar de las noticias, los mercados bursátiles parecen no responder de manera negativa, luego de la caída que reportaron el lunes 30, mientras los precios del petróleo y del oro continúan a la baja, reflejo de que la incertidumbre con respecto al cierre y sus efectos no ha tenido lugar. Es interesante este comportamiento, dado que algunos analistas cuantifican los efectos del cierre en una caída de la actividad económica estadounidense en el último trimestre de alrededor de 1.4 puntos porcentuales.

Con respecto a la economía guatemalteca, cabría esperar alguna depreciación del dólar si la incertidumbre tuviera cabida y esta fuera reflejada en los mercados mencionados; esto podría contrarrestar la apreciación que por motivos estacionales ha mostrado la moneda estadounidense desde agosto.

De lo contrario y por el reciente abastecimiento de inventarios en el país con motivo de las celebraciones de fin de año, no cabría esperar efectos en las importaciones, mientras que la experiencia de 1995 y su aumento en el crédito de los hogares evidencian que podría no afectarse la demanda estadounidense de productos guatemaltecos y su satisfacción (exportaciones). Nuevamente, esto dependerá de la duración del cierre y de cómo la incertidumbre política aumente o disminuya, con base en este hecho y la próxima ampliación del techo de la deuda en Estados Unidos, la cual deberá resolverse a más tardar el 17 de octubre, y cuya última discusión y aprobación se realizó a finales de 2011.